Toda una institución a nivel nacional y referente por poner
en marcha programas innovadores para hacer comunidad de pacientes, para que la
gente no se sienta sola ante la adversidad de la enfermedad, para ayudar a
entender los procesos patológicos y para mejorar calidad de vida de aquellos
con enfermedad crónica.
Pacientes que se convierten en formadores de otros, que nos
enseñan a comer sano, que consideran las sonrisas y los abrazos como parte de
su tratamiento, que conviven con la enfermedad día a día hasta el final de la
vida. Pero no sólo ellos, también sus familiares y su entorno. Pacientes que le
dan la vuelta a la realidad y hacen fácil lo difícil, y nos abren los ojos para
que nos preocupemos de lo realmente importante, a disfrutar del invierno, de un
día de lluvia o de los rayos de sol...en definitiva, de la vida.
Gente que no se encuentra sola, que habla de su enfermedad
con libertad, sin miedo y sin vergüenza, que rompe tabúes, que se siente
apoyada y acompañada. El paciente en el centro y todo un mundo por descubrir,
no en soledad. Nunca solos.
(Este post fue publicado el pasado jueves 21 de marzo de 2013 en el espacio "pacienteApaciente", blog de la Escuela de Pacientes de Andalucía. Gracias, Joan Carles March, por contar conmigo una vez más.)
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