Llevo varios días preparando la inauguración de un edificio nuevo en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. El evento tendrá lugar mañana.
Pero no es eso lo que quiero contaros.
Antes de yo entrar a trabajar aquí, hace más de 10 años, tuve mis primeros contactos con la gente de la Unidad de Investigación. Los primeros que conocí con motivo de varias noticias para Diario Médico, como corresponsal en Castilla-La Mancha, fueron dos hermanos: Damián y Lola García Olmo. Damián, cirujano. Lola, veterinaria. Ellos ya estaban” liados” con investigaciones sobre difusión de células tumorales, más tarde cáncer de colon y así hasta el día de hoy. Por suerte para él pero por desgracia para el CHUA, Damián se marchó a Madrid, ejerce en La Paz.
Lola, sin embargo, sigue con nosotros. Afortunadamente. Es la más veterana. Es la más respetada. Es la más demandada por los medios de comunicación, a pesar de su timidez accede a hablar con ellos.
En la Unidad de Investigación Clínico-Experimental, Lola se ha ganado un despacho propio. Parece banal hablar de despachos, de espacios físicos, pero es que en este caso es importante porque durante casi 20 años ha ocupado una zona pequeña del Hospital, sin luz apenas, con un animalario diminuto. Lo que hoy ocupa Lola se lo ha ganado a pulso. Su despacho encierra horas y horas de trabajo durante años, se respira el respeto hacia sus animales, los que ella cuida y protege como si fueran lingotes de oro. Y lo son. Porque en ellos está la clave de muchas de sus investigaciones.
Entrar a la Unidad de Investigación Clínico-Experimental del Complejo Hospitalario es entrar en un mundo diferente. Os cuento brevemente que tenemos también la Unidad de Investigación Oncológica, la Unidad de Neuropsicofarmacología, el Biobanco o el Caiber. Más de 50 personas trabajando allí, además de otros tantos clínicos que compaginan su actividad asistencial diaria con la meramente investigadora.
Algunas líneas de investigación que se desarrollan tienen que ver con cáncer colorrectal o urológico, tumores de piel, tumores de mama, epilepsia, ataxias cerebelosas, ictus, TCE, drogodependencias, brucelosis humana o envejecimiento y fragilidad.
Os iré hablando poco a poco de ellos. De momento os quería presentar a Lola García Olmo. Ella como espíritu de la Unidad, esfuerzo, trabajo, horas, vida propia, por y para la Investigación. Ella y por supuesto la higuera. Pero eso es otra historia que da para otro post.
Esa es la gente que merece la pena. Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarLa verdad es que desde que acabé la residencia en 2002, cada vez que voy por el Hospi, ya me pierdo. Ni siquiera urg. donde tantas horas de sueño pasé lo reconozco ya. Me voy haciendo viejo, ea. Salu2.0.
ResponderEliminarHemos trabajado mucho, sí, pero suerte la nuestra el que nos lo reconozcan como lo hacen y nos lo premien; sin eso no hubiéramos podido crecer. Es como un brote (de higuera, pongamos por caso) que sólo puede resistir las inclemencias y convertirse en árbol si se le ayuda.
ResponderEliminarEs un gran privilegio vernos rodeados de gente generosa y sonriente, y un motivo para quedarnos y seguir.
Lola, la tímida :-)
Gracias a los tres por vuestros comentarios.
ResponderEliminarMiguel, te espero cuando quieras para presentarte a esta fantástica mujer y la gente de la Unidad. Un día que "no tengas mucho que hacer" :) te vienes a AB que es un paseo.
Gerineldo: como estarás próximamente algunos días cerca de la Unidad, te llevo a verla, te hago un tour por este tu Hospital en el que estuviste. ¿Vale?
Lola, gracias por tu comentario. Que sigas creciendo como esa higuera de la entrada, encabezando, sin tú pretenderlo, ya lo sé, ese grupo de gente, joven, comprometida, con ganas y con pasión por su trabajo. Nos vemos pronto.
Magnífico testimonio profesional y humano. Le deseo a esta investigadora gran fruto en su trabajo, como está teniendo. Y satisfacción por le estela que va dejando.
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