Una reflexión ya que nos aproximamos al periodo pre-electoral y electoral: para ser Alcalde/Alcaldesa, y/o encabezar cualquier lista, hay que ser buena persona.
Y como muchos de nuestros candidatos han mostrado públicamente su devoción a Vírgenes-Cristos y demás, a pesar de estar en un Estado Laico y Aconfesional, les animo a que hagan un acto de contrición y pidan perdón por los pecados cometidos antes de encabezar cualquier lista.
Si no, no obtendrán voto alguno. Porque para ser un buen político, primero hay que ser buena persona.
Y como muchos de nuestros candidatos han mostrado públicamente su devoción a Vírgenes-Cristos y demás, a pesar de estar en un Estado Laico y Aconfesional, les animo a que hagan un acto de contrición y pidan perdón por los pecados cometidos antes de encabezar cualquier lista.
Si no, no obtendrán voto alguno. Porque para ser un buen político, primero hay que ser buena persona.
Me temo que no te van a hacer caso. Hasta Bono prefería llevar la medalla de la virgen de Cortes antes que una medalla que se autoimpuso siendo ministro de defensa. Son todos iguales, incorregibles y farsantes: es su trabajo. Engañarmos para votar apoltronados, salvo 'rara avis' en ambos bandos
ResponderEliminarDecía Ryszard Kapuściński que para ser periodista, primero había que ser buena persona (En Los Cínicos no sirven para este oficio). Decía que sólo así podían acercarse a las personas cuyas historias tenía que contar con humildad, con cercanía, con respeto. Sin duda es una virtud que habrían de tener quienes se encargan de una labor de enorme vocación de servicio público, como es la política, pero que sería recomendable en todo y cada uno de los sectores. Pero no siempre es posible y el problema es cuando la vocación de servicio público se escora hacia otros intereses. Por cierto, me ha encantado lo de recuperar la esencia de periodismo, toda una declaración de intenciones. Lo que no sé muy bien es dónde está o si aún está. O si tenemos claro cuál es... Pero ánimo porque el periodismo, como la vida, es una pasión
ResponderEliminarHe leído ese libro. Buen ejemplo. Debería estar en las mesitas de muchos compañeros. Gracias por tu aportación, Teresa.
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