Acabo de estar en el acto de entrega de galardones de la Asociación Regional de Trasplantados, celebrado en el Hospital General de Villarrobledo, "mi casa".
Emociones a flor de piel, la vida en estado puro.
Para algunos de los allí presentes, una segunda vida, la segunda oportunidad de vivir la vida.
Un acto en el que me he encontrado a jefes de Servicio del hospital de referencia donde trabajé durante 10 años.
Es un orgullo para mí escuchar lo que cuentan a sus Residentes de mi trabajo allí.
Es un honor que me digan "no sabes lo que te echo de menos".
Es un placer haber recuperado la colaboración con Diario Médico, el periódico con el que empecé en esto del periodismo en Salud. Porque vuelvo a estar cerca de ellos, de la gente con la que he trabajado, donde he dejado 10 años de mi vida.
Donde he disfrutado como nadie imagina y he aprendido tanto de la vida, de la muerte, del dolor, de las lágrimas, del trabajo en equipo y de las responsabilidades individuales. Y del respeto al paciente y a sus familias.
Una tarde emocionada al volver a pisar suelo hospitalario y encontrarme con tanta gente que lucha por la vida. Siempre por la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario