Ay, amigo! que ya es 16 y te prometo que el 15 ha sido un día tan completo que no he podido escribirte. No me lo tengas en cuenta, ¿vale?
Que me he acordado que era tu cumpleaños y quería felicitarte, que ya sé que no te puedo llamar ni darte un par de besicos ni tirarte de las orejas. Que si hay cielo e infierno, tú estarás en el primero, seguro. Que habrás recibido los buenos pensamientos de la gente que te quiere por aquí, en la tierra.
Que sepas que te echamos de menos. En mi cumple eché de menos tu llamada telefónica, siempre tan tempranera.
¿Estás bien por ahí? Yo creo que sí, Andrea nos lo cuenta, la leemos bien. Tranquila, a veces triste, a veces contenta, ...
No sé cuántos has cumplido ni me importa. Lo que sí sé es que es tu primer cumpleaños lejos de aquí, sin que te veamos. Estos meses se han pasado volando y en Navidad te extrañamos. Quedamos a cenar, ya sabes, pero fue una cena pobre, triste y apagada, al menos para mí.
Sólo has disfrutado de la mitad de tu vida y me parece injusto que te hayas dejado querer y cuidar tan poco. Ahora que no estás te lo puedo decir. Antes no me has dejado. Ahora sí lo hago.
Te voy a pedir una cosa como regalo de tu cumpleaños: manda mucha mucha fuerza a Andrea y a toda tu familia. La nombro a ella porque es a la que tengo más cerca, a la que más veo, a la que más siento. Hazle ver que no está sola, que te tiene aún ahí aunque no te pueda tocar, besar o llamar la atención. Dale un beso que te sienta. Eso sí puedes hacerlo.
Junto a este regalo, te mando esta foto para el recuerdo, que debió ser de las primeras que te hice, allá por el año 1992 en tu querido Ayuntamiento, momentos antes del chupinazo de la Feria de Agosto. Tú no la tienes, Andrea ni la imagina. Se la mandaré a su mail también.
Muchos besos y hazme un favor: Te me cuidas, ¡vale? para cuando nos reencontremos.
;-)
No hay comentarios:
Publicar un comentario