jueves, 28 de junio de 2012

Un gerente recordado como persona


Suelo quedar con frecuencia con algunas de las personas con la que he trabajado en los últimos diez años. Me gusta hablar con ellos, ponernos al día, hablar sobre todo del presente.



Hoy hemos quedado Jesús Martino y yo.

Jesús es mi gerente. Ahora ejerce de su segunda profesión, o quizá primera, anestesista. Pero desde enero de 2002 hasta el 14 de octubre de 2011 ha sido director gerente del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. Con él he trabajado intensamente, aprendido mucho no sólo como profesional sino, y sobre todo, como persona. Compartido momentos buenos y también malos, personal y profesionalmente. Entre estos últimos me refiero a los relativos a comunicación de crisis hospitalaria. Recuerdo varios accidentes que me ponen los pelos de punta, y su calma mantenida, su saber hacer para tranquilizarnos a todos, ....

Con él es fácil trabajar. Y aunque nunca ha sido muy arriesgado para todo esto del 2.0, hoy me ha confesado que se ha abierto perfil en una red social de la que yo huyo. Y le he animado a que se abra otro en Twitter, que es donde está la “chicha” de la sanidad de este país. Muchos de sus amigos ya han caído en las redes de Twitter, así que será cuestión de tiempo.

El caso es que el dueño del bar donde nos hemos tomado un aperitivo no lo ha reconocido a primera vista porque Jesús estaba de espaldas. Cuando se ha dado cuenta de que era él, lo ha saludado muy familiarmente. El Dr. Martino, como se le conoce en el mundillo hospitalario, ha correspondido a ese gesto, que mostraba una confianza no expresada ante cualquier otro de sus clientes y una emoción contenida.

Al ir a pagar, una mujer detrás de la barra también lo ha reconocido. Le ha estrechado la mano a la vez que decía: ¡es usted!, ¡es usted! Y se ha puesto a llorar. Impresionantes lágrimas de emoción.

Del recuerdo pasado, del dolor de una madre enferma de cáncer, de un alta a las 4 de la tarde en pleno mes de julio albaceteño de hace 8 años, de un oncólogo que no atiende a razones y a pesar del mal estado de la mujer la manda para casa. De una familia que se cruza con él en un ascensor. De una señora enferma que vuelve a estar ingresada.

Humanidad. Esa ha sido la palabra que la señora de detrás de la barra ha repetido varias veces: humanidad.

Porque a veces pequeños gestos marcan la diferencia.

Escuchar a la gente, ponerse en el lugar del otro.

Porque en sanidad todo esto sigue siendo necesario, a pesar de los tiempos que vivimos.

Y a mí me ha gustado mucho ser testigo de que personas anónimas recuerdan a mi gerente por sus gestos como persona. 

lunes, 18 de junio de 2012

Redes Sociales en Enfermería ¿para qué?


¿Están de moda las redes sociales?
¿Por qué todo el mundo habla de ellas?
¿Son tan útiles como la gente dice?
¿O los que las usamos es que somos unos frikis y asociales?

Que sí, que sí. Que soy la primera que se hace estas preguntas. Y vamos a intentar dar algunas respuestas. Para que no nos sintamos raros, ni los que las usamos, ni los que no las usáis.

Sí, creo que están de moda las redes sociales. Efectivamente. Hemos descubierto que nos aportan cosas, que la gente comparte sin pudor todo. TODO. A nosotros nos toca seleccionar lo que nos sirve de lo que no, lo que nos aporta en nuestra vida o en nuestra profesión de lo que es simplemente “morralla”, que también la hay.

Y aquí enlazo con la segunda y tercera pregunta. Todo el mundo habla de ellas precisamente por eso. Porque nos son útiles para algo. A cada persona para una cosa. A mí, por ejemplo, me han servido en un determinado momento para saber qué se estaba viviendo más allá de mis cuatro paredes laborales, para dejar de mirarme mi ombligo y aprender más de otros, de gente que siempre va un paso por delante de ti en el camino de la innovación y el aprendizaje.

Porque siempre hay gente de la que se puede aprender. Y las redes sociales nos ponen al alcance de la mano a toda esa gente.

Centrémonos en el campo de la Enfermería, ya que este Boletín se dirige a vosotras. Si yo fuera enfermera, que no lo soy, soy periodista, lo primero que haría sería entrar en wikisanidad (http://wikisanidad.wikispaces.com/Inicio) y dedicar un ratito a mirar qué blogs enfermeros hay que me puedan interesar y suscribirme a algunos de ellos para recibir notificaciones cada vez que sus autores actualicen contenidos.

Además, me abriría cuenta en Twitter (en Facebook no, le tengo manía personal, lo confieso) y empezaría a seguir a los autores de esos blogs. Casi todos tienen cuentas en Twitter y como aquí no hay candados ni privacidades es fácil dar con ellos.

En esta red social hay una comunidad impresionante de gente que trabaja en el ámbito de la salud: enfermeras, médicos, terapeutas ocupacionales, formadores, farmas, periodistas, farmacéuticos, fisioterapeutas, trabajadores sociales, economistas de la salud, informáticos, ingenieros, .... Y todos ellos también participan en eventos que cuentan por Twitter usando “etiquetas”, las famosas almohadillas #.

La gracia de Twitter llega cuando, a toda esa gente que lees, sigues, te desea los buenos días y las buenas noches y te pregunta por tus niños cuando cuentas que tienen fiebre, le pones altura, te la encuentras cara a cara.

Entonces te embarga una sensación de conocer a esa persona desde hace muchos años y ocurre la magia del 2.0: personas virtuales se convierten ante tus ojos en personas de carne y hueso que sufren y padecen y disfrutan como tú. Y te das cuenta de que la vida sigue, de que todos tenemos las mismas angustias y alegrías y que “compartida, la vida es más”, como decía aquel anuncio.

Y entonces esa magia hace que surjan ideas e iniciativas como la que ya os conté en las Jornadas del Día Internacional de la Enfermería: MÍRAME-DIFERÉNCIATE (www.diferenciate.org), un ejemplo para todos nosotros de trabajo en equipo a pesar de las distancias físicas, de colaboración, de intereses comunes de diferentes profesiones del campo de la salud, de ideas que nacen y se desarrollan porque todos aportamos.

Y eso es innovación, movilización de personas y motivación.

Se trata de que no esperemos a que esas tres palabras llamen a nuestra puerta, porque puede que eso no ocurra nunca, sino de que participemos de manera activa en todas esas “ideas locas” que parece que sólo tienen cabida en redes sociales pero que ¡de repente! tocan tierra y toman forma.

Y nos hacen darnos cuenta de que el mundo gira porque nosotras, las personas, hacemos que gire.


Artículo publicado en el "Boletín número 31 IDEA Investigación en Enfermería Junio 2012", del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid. 

Gracias Ana Rodríguez Gonzalo, supervisora de Docencia Enfermera del Ramón y Cajal, una vez más, por contar conmigo.