Emperatriz Montes es rectora de la Institución Educativa
Concentración de Desarrollo Rural en Saravena, Arauca (Colombia) y en 2018
participó en nuestro programa de Líderes Transformadores.
Hija de campesinos, vinculada siempre de corazón y
profesionalmente con el mundo rural, Emperatriz cree firmemente en que el
desarrollo económico, social y político de las comunidades rurales depende de
la calidad de la formación que las nuevas generaciones reciban y que sólo a
través de la Educación se podrá supera la violencia y avanzar en el desarrollo
de la sociedad.
¿A que dedica sus
esfuerzos profesionales?
Dirijo el Proyecto Educativo Institucional con una visión
más humana y social, trabajando siempre en la integración efectiva de la familia,
escuela y comunidad, porque todas estas instancias debidamente articuladas
contribuirían con la formación integral de manera más dinámica, asertiva y
generando mayor impacto en el desarrollo personal y social entre los miembros
de la Comunidad Educativa.
Convencida que la educación es el principal factor de
transformación social, nuestros esfuerzos están orientados a que el proyecto educativo
sea una experiencia innovadora que invita a repensar la práctica pedagógica y
transformarla en una vivencia social y afectiva con sentido y significado para
los miembros de toda la Comunidad Educativa.
¿Cómo es el trabajo
que hace en su Comunidad?
Es trabajo en equipo, como miembros de esa Comunidad, asumiendo
cada uno las responsabilidades asignadas y conscientes de que el principal
propósito es hacer de la escuela un espacio para fortalecer relaciones
sociales, el proyecto de vida de los niños y jóvenes y el desarrollo de
competencias para desenvolverse en la vida.
¿Qué significa en su
entorno el concepto “Educación para la Paz”?
Las sociedades se empiezan a construir en el seno de las
familias y ese trabajo se consolida en las escuelas. Con cada niño y cada joven
empezamos la construcción de la paz, con el buen trato, con la valoración de
sus potencialidades, con el reconocimiento de sus dificultades para trabajar en
ellas y superarlas, con la visibilización y el reconocimiento como sujetos de
derechos que demandan afecto y atención.
No dibujando palomas ni proclamando discursos, sino educando
con el diálogo como primer elemento pedagógico en la resolución de conflictos
para acercar a las partes, educando en el respeto como principal valor para
construir sociedad, especialmente sembrando amor para cosecharlo en la vida
adulta.
¿Y qué significa para
usted ser una Líder Transformadora?
Un agente de cambio, un cambio que empieza a nivel personal
con el reconocimiento y con la valoración como ser y con el hecho de que mis
actos y gestiones van a incidir directamente en la vida de muchos, sobre todo en
la vida de niños y jóvenes estudiantes y, junto a ellos, en la de sus familias.
Por ello implica, primero, el autocuidado de mi ser, cuerpo
y espíritu. Si estoy bien puedo ayudar a otros a que lo estén también.
En mi caso, ser Líder Transformadora ha significado el
reconocimiento social por el trabajo realizado y por ello la responsabilidad y
el compromiso asumido con la educación son los principales valores.
¿Qué ha supuesto para
usted participar en este programa de Fundación SM en 2018?
Motivación permanente en la generación de estrategias
pedagógicas que redunden en un adecuado desarrollo psicosocial de los
estudiantes. La educación es un proceso: más allá de enseñar ciencia y
tecnología es la responsabilidad de generar confianza en el otro para que
encuentre sus capacidades y talentos y pueda crecer como persona, como ser
social.
Con este programa he aprendido a ver la escuela y su función
con otras visiones, a priorizar el ser sobre el saber, a romper paradigmas
frente a lo que debe ser el proceso de formación escolar, fortaleciendo la
dimensión social de los estudiantes, dirigiendo un proceso académico más
humano, más contextualizado. He aprendido que el reconocimiento y la
visibilización como seres y miembros de una Comunidad Educativa son el proceso
inicial en la construcción del tejido social.
Por último, me gustaría que nos explicara cómo trabaja
en las aulas con familias/maestros/escolares y qué significa esta colaboración
para su Comunidad Educativa.
Las familias
juegan un papel fundamental e importante en el proceso formativo de sus hijos e
hijas y desde las aulas se empieza a fortalecer el proceso académico desde el
aprendizaje significativo; un proceso que prioritariamente requiere el
fortalecimiento en los estudiantes de tres competencias: aprender a
comunicarse, a convivir y a pensar.
Nuestra
Institución Educativa se ha caracterizado por ser el colegio al que asiste la
gente más humilde, los estudiantes a los que se les terminaron las
oportunidades en otros planteles educativos, ya sea por desempeño académico o
por convivencia. Esta dificultad para muchos, la hemos empezado a ver desde el
centro escolar como una oportunidad para unirnos, para crear lazos de
solidaridad, de ayuda mutua, de cooperación: el colegio acoge y valora a los
estudiantes que no han podido avanzar, es la Institución que los valora y en
ese sentir de respaldo y de confianza han empezado a emerger los talentos, las
capacidades, pero además los problemas guardados en los corazones de los niños,
los jóvenes y sus familias por años, que requieren llorar y sacarlos para
empezar a dejarlos atrás.
Nos
encontramos en este momento en el reencuentro con familias con alegrías y
tristezas, con sueños y aspiraciones, con días grises y otros de sol radiante y
cada día empieza a amanecer más brillante que el anterior.